¿QUÉ NECESITAS?

¿Qué más necesitas? Que me pare sobre su cabeza, en mi avioncito de arcoíris? Que te cante todas esas liras que vienen de los árboles? Que me comporte como loca? Tan sólo mírame, y la calma y la cordura volverán a mi Pero antes, ven y damos un paseo sobre hojas verdes En mi arcoíris de barrotes, y colores.

Tiempo

Oye, tú.. Sí tú! Tiempo. ¿Dónde estás que no te veo?

Solías ser mi fiel compañero,

Me acompañabas por todos mis cenderos,

Eras paciente y siempre, siempre presente,

Pero... ¿Qué te pasó? ¿Tu ocaso ya se apagó?

Por más que te persiga,

Por más que sea tu amiga,

Pareces huir de mi;

Pareces no querer estar aquí.

Sé que no te traté bien

Que tus preciados segundos malgasté

Pero... Sólo dame un oportunidad,

Para así demostrarte que sí te puedo aprovechar.

Eres oro,

Pero siento que me ahogo

Si no te poseo

Por un momento.

Tempestad

Siempre que me siento así no puedo evitar ponerme a escribir. Es como una cura, un refugio, un aliento, un apoyo para mí. Tempestad se llama esto, tempestuosos días, tempestuosos segundos, largos y dificultuosos; llenos de amargura, lágrimas hechas lagunas... Y yo sin esperanza alguna.

Encontrarme en estas circunstancias no solía, no es mi estilo de vida, ni llorar cada noche, ni ver cuando los lazos afectivos se rompen. Ni estar en mi propio hogar me beneficia calma, ni ver a mis personas me llena el alma; Mis transparentes e invisibles amigos, que siempre andan conmigo, son tal vez los únicos que pueden comprender mi delirio.

Amo la vida, pero odio la tempestad. Amo la luz, pero odio las penumbras.

Y si de ayuda humana se trata, mis amigos, siempre esa angustian me arrebatan. Con sus letras bailarinas me invitan a moverme junto a ellos, con sus burbujas que me abrazan me invitan a volar, con sus presencias me transportan a un bello lugar.

La tempestad mucho no podrá durar... Algún día habrá de acabar. Sólo quien está en los cielos sabe cuándo, cuando terminará mi sufrimiento, cuando terminará este momento. Por lo pronto yo espero, no enloqueceré, no me caeré.

El chocolate más amargo de mi vida

El chocolate más amargo de mi vida

Lo probé aquel día

Fue esperando media hora y mucho calor hacía

Sin gusto alguno lo fui masticando

Con una sed de kilos y mi corazón pesado

Amargó más mi boca

Y amargó más las palabras que salieron de ahí a ahora

Tuve que ser sincera

No me supo a nada, como esperé que lo hiciera

Cada mordisco fue vano

Fue malo

Fue.. fue y seguirá siendo el chocolate más amargo.

Algo irónico es que quien fue el que me lo había dado

Era quien podía hacerlo el más delicioso

El más dulce

Y su nombre es..

Entre negro y lila,
Colores ya demasiado de mezclilla;
Matices de grises sin fin
Dan como resultado este pequeño arlequín.    
De tez blanca y cabello oscuro,
Ella, aparenta esencia de caparazón duro;
Mejillas rojas y amuebladas
Con exceso de cabello, evitando miradas.
    
Jamás se considero a si misma como una Alicia,
Ni entre sueños dio con tal franquicia;
Y con respecto al país de las maravillas,
Bueno, ese, yace sólo en ajenas fantasías.

Con un lienzo en blanco y un pincel,
Logra esta encontrarse en un dos por tres
Más envidia la corroe cuando observa detenidamente
Aquel arte hermoso, que no logra con mucha suerte.
    
Bajo lluvia, su maquillaje se deshace,
Un desastre ahora solo se trace.
Ni el más tenue y frío rocio tiene comparación
Con el sonido de la lluvia, que es digno de su admiración.
    
Su voz está ligada a su imaginación,
Entre tanta ficción, ya no posee alguna entonación;
Y aunque mas imperfecta de lo que se crea,
Aquel desastre de tantas palabras, tiene nombre, y es Andrea.   


POEMA ESCRITO POR ANDREA SÁNCHES. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

FELICIDAD

Felicidad es la palabra indicada para su total descripción. ¡Es tan radiante! Sin necesidad de pincel o lápiz, ya dibuja una sonrisa en mi con todo lo que hace. No existe la palabra aburrimiento en ninguno de nuestros encuentros. Es tan auténtico, es tan sereno, es tan perfecto.

¡No me destruyas!

Me estaba sintiendo un poco encadenada por él.. él me transmitía una nostalgia, una triste nostalgia.. su presencia invadía todo mi ser de angustia, no podía disfrutar de su compañía ni un momento, pues el eje de nuestros encuentros son complicadas conversaciones y tristes conclusiones.

Me estaba.. destruyendo.. y no quería que lo hiciera más.. no quiero estar con alguien que me perjudique sentimentalmente, cuando debería hacer lo contrario, es algo irónico.

Ya no me destruyas con tus mitomanías

No rasques mis alas que me duelen

Pastillas gigantes recamaras secretas

Con luces obscenas sáquenme de aquí

Y es triste aceptarlo pero no vale llorarlo

Uno siempre recibe lo que vine dando

Ya no afiles las navajas
Que ya no me haces daño cuando me las clavas
Ya no afiles los colmillos que ya no me hacen daño
Cuando me desangras ya no me destruyas más
Ya no me destruyas mejor desaparece
No rasques mis alas que me duelen
No me destruyas más

Encuentro

Verano casi otoño seco

Me encontraba en un parque vago

Me estaba enojando

Esperando su llegada

Que siempre, ¡siempre! era retardada

Me sabía la boca a veneno

La sed me volvía fuego

Y la nostalgia y la tristeza

Se confabularon en mis palabras.

ÉL

Él es tan... ¡tan!
Esque no lo sé expresar
Pero bueno, será mejor una historia que relatar
Voy a empezar: Él es un tipo con una sonrisa
Que en el aire parece una melodía
Es sincera Es serena
Y no puedo evitar que en mi produzca una elevada alegría
Una alegría que me da vida
Su compañía, sin duda Es lo mejor de mi dia
Reímos, leemos y escribimos
Su manera de ser de leer, y de mi rostro ver
Son la llave para que mi mundo caiga a sus pies
La verdad esque dudo que algún día me canse de él
Pues cada momento a su lado es un loco vaiven
Vaiven de letritas juguetonas
Vaiven de sonrisas inconsoladoras
Vaiven de magia
Vaivén de imaginación
Vaivén de emoción.

Simetría

Me doy cuenta que quisiera ser simétrica..
Tanto exterior como interiormente; me explico. Quiero ser simétrica, de tal modo que pueda.. repartir la mitad de mis destrezas, la mitad de mis caricias sinceras, la mitad de mi, a esos dos seres, que tienen mi corazón, mi vida, y mi alma, surcado en dos.
Quiero hacerles saber cuánto los quiero a ambos, tal vez los hombres más caballerosos que en el camino me he encontrado.. ambos tan iguales pero tan diferentes. Quiero quererlos, los quiero, pero siento que no puedo hacerlo, siento la culpa como un puñal, que me dice que si sigo así, atravesará más y más mi frágil motor.
Pero yo sigo dopada, tal vez drogada, porque me siento radiante ante esos expectantes, ante su belleza tan impregnante. Espero esto no siga así.. pues tal vez mi interior pueda morir.