domingo, 1 de julio de 2012
Irse y volver, buen ejercicio.
"Si alguien te ama, NO LO DEJES IR, no volverá" Debería acomodarse así, bueno, en mi opinión, esta frase. No pensar en costumbrismos absurdos sobre que las mujeres no pueden demostrar un sentimiento porque ya son putas, o que hay que esperar a que, como por arte de magia, se entere y venga a uno, eso es absurdo.
miércoles, 28 de marzo de 2012
Fúmatelas hasta que más no puedas
Ya que eres tan buen fumador, te pido un favor. Con toda la intención, fúmate esas letras que no sé si ya recuerdas. Fúmate las esquelas que nunca fueron ciertas, fúmate las ecenas del drama que construimos a duras penas. ¡Fúmate todo! Y después tendrás en tus débiles pulmones un gran hoyo, negro y asqueroso. Porque sé que nunca podrás tragarte ni digerir mis recuerdos del todo, porque siempre tendrás algo que no se podrá ir de tu rostro, o de esos escambrosos territorios.
martes, 27 de marzo de 2012
Aguamarina es la vida que se respira dentro de tus pupilas. Pupilas cobrizas que abren los corales de tu fauna marina. Corales donde encuentro peces de colores, y pulpos que se esconden. Fauna marina que describe el carácter de tu personalidad ambigua.
lunes, 12 de marzo de 2012
Quereres
Y me quise embriagar en el mar de champagne que escondían tus pupilas, pero nunca pude hacerlas mías. Entonces la tinta de mis ojos empezó a derramarse, dejando ni una gota, lo único que dejó fue sangre. Cuando te diste cuenta, corriste a aliviarme los calambres; yo, sin un ápice de fortaleza, dejé que amasaras cada una de mis piernas. Te fuiste sin despedirte, y yo desperté sin tu olor de vainilla sublime. Pero supe que huiste, pues no acostumbras a madrugar en días sabatinos, y tampoco, a no decirme cosas al oído.
Pero cuando el sol estaba en su auge, recibí una llamada inesperada: eras tú, relatándome la historia de la cual yo aún, no me daba por enterada. Me narraste que mientras mi dolor aliviabas, mientras me apaciguabas, y me cantabas varias sonatas, sentías que no debías besar nada. Tu boca la implementaste para cantarme todos los versos restantes, los que no lograste recitarme aquella tarde.
Yo, por mi parte, colgué antes de que pudieras cuenta darte. Sentí que debía ir a buscarte, luego encontrarte, y por último, cobrarte todos esos besos que esa noche no logré darte. Llegué un poco tarde, y estaba tu jornada a terminarse. Dentro de tu oficina no había nadie, entonces salí a la calle, llovía y la brisa más cobarde me hacía. Pero por alguna coincidencia, o extraña certeza, paré en un café, me senté en la mesa más lejana al cabaret, y divisé tus risos de miel. Toqué tu hombro, mientras un saxofonista tocaba bien a fondo, volteaste tu rostro, y tu seño se frunció un poco. Sólo te pedí que te calmaras, que cerraras los ojos, y que al compás del saxo, me besaras hasta que la respiración del músico, se agotara.
domingo, 4 de marzo de 2012
La noche
Había una vez una noche
miércoles, 29 de febrero de 2012
Limpieza
lunes, 6 de febrero de 2012
Urbanidad y monotonía, dos grandes amigas.
Urbanidad y monotonía
jueves, 2 de febrero de 2012
Regreso
lunes, 30 de enero de 2012
No me gustan los ocasos
No me gustan los ocasos.
jueves, 19 de enero de 2012
Querer es realmente... poder?
Me doy cuenta que quiero muchas cosas. Quiero viajar por todo el mundo, quiero tener un recinto lleno de instrumentos musicales, quiero bajar al gato del tejado y dormir a su lado. Quiero estar con ese ser especial, quiero... y nada más quiero.
miércoles, 18 de enero de 2012
Recuerdo
He agotado todas las existencias; todas las estanterías parecen estar vacías, y con avisos de "agotado". El disco dejó de rodar, las canciones llegaron a su final; lo triste de ello es, querer continuar, pese a saber que ya hay un punto que no se puede borrar.
sábado, 14 de enero de 2012
Carceles pasajeras
miércoles, 11 de enero de 2012
Ojalá
viernes, 6 de enero de 2012
Acontecimientos previos a un colapso de nervios
Tan sólo tardó nueve días en capturar cuanto sentir había en mí. Tres días en pronunciar cinco letras, semillas que florecieron en todos mis pensamientos. Siete obras maestras dónde mis oídos naufragaron. Miles de palabras, versos descontrolados, ojos hechizados, dulces cantos e inolvidables abrazos. Sus manos suaves por mi cabello caminaron. Sus dedos mis orejas palparon. Su cuello en mi hombro se abalanzó, en ese momento, más que en cualquier otro, sentí que el tiempo perdió su noción. Le quise tanto, más que quererlo, le extrañaba, le necesitaba, más que al agua, es que, él mis días grises pintaba. Pero igual de fácil que fue enredarme en él, hacernos invisibles también. Los días grises eran días de estrés, letras al revés, intentendibles, tristes, que me pegaban Cachetadas al interior, patadas en el estómago, y por último, una cuchillada en la yugular. Muertos vagamos, tratando de encontrar nuestras almas en tanta niebla de fantasmas, no viviendo sino matando tiempo. Con un colapso de ira casi todo clausuró, ya estaba por bajarse el telón, pero mi persistencia ganó, y quise reescribir el libreto. En un momento inesperado, y en sólo cuatro horas, todo se vino abajo, por desgracia, con la presencia del chocolate amargo, un día sin color, frío, sin soundtrack, sin nada ya qué rescatar. Con tres horas de sueño se aclaró mi pensar, todo claudicó, pero de ahí a ahora, ¿quién iba a reparar mi corazón?