miércoles, 29 de febrero de 2012

Limpieza

En un viaje sobre ruedas. Sobre un cilindraje de 125 cm3, iba yo, con la vértebra atlas en lo alto, observando, y detallando, las nubes que tanto amo. Algunas eran color paz, otras, como, aún lo dice mi querido amigo Caicedito, mi urbano mágico, "Que rabia , tenemos luna llena pero no la dejan ver las nubes traicioneras". Y hasta razón tiene, ¡ah! Y sí, muchas nubes, un cocktail de ellas.

Lo que pude notar, es que necesitan una urgente limpieza, hay que limpiarlas bien, para que así el sol, entre ellas, pueda volver a nacer. Es necesario hacerlo con prudencia, o sino todas, hasta las paz, se irán de reversa. Para ello, tanta polución basta, también las noches frías son hartas y no sirven para nada. Necesitamos mucho más algodón, leche y un cepillo de dientes, para así, con el agua de por debajo de los puentes, el que queda por el lugar mágico de al frente, podamos darle una buena lavada a esta gran pantalla.



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